Tal como adelantó Negocios&Política, signado por la cuarentena para combatir los efectos del coronavirus, el Producto Bruto Interno (PBI) registró durante el segundo trimestre del año su mayor caída interanual con el 19,1 %, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Pero además, la producción de bienes y servicios del segundo trimestre del año, se ubicó 16,2% por debajo de la del primer trimestre, informó el organismo. De esta manera, el primer semestre del año cerró con una caída del 12,6 % del PBI,
Varios indicadores muestran que a partir de julio se registraron incrementos en la producción industrial en relación a julio del año pasado. Maquinaria agropecuaria, Vino, Molienda de cereales y Productos de arcilla y cerámica no refractaria fueron los subsectores que más incrementaron su producción con relación al mismo período del año pasado, con 15,4%, 15,8%, 17,5% y 29,8% respectivamente. A su vez, Carrocerías, remolques y semirremolques expandió su producción en 2,9%, por su parte, Productos farmacéuticos lo hizo en 3,5%. Asimismo, Productos lácteos registró un aumento interanual de 3,7%. Por último, Agroquímicos tuvo una suba de 11,3%, similar performance experimentó Detergentes, jabones y productos personales con 11,7%, al igual que Pinturas con un 12,7%.
Pero aunque la mejora en algunos sectores se empieza a notar en todos los sectores, es el agroexportador el que está saliendo con más fuerza. En especial la soja y el maíz, a pesar de que se vieron afectados por la baja de los precios de las commodities. Pero si bien los llamados servicios esenciales se mantuvieron estables, ya que no fueron afectados por la cuarentena, los otros terminaron anotando caídas históricas. En el gobierno confían que para noviembre el sector de servicios comience a mejorar ya que fue el más dañado por la crisis de la pandemia. En tanto la construcción y la producción manufacturera ya empezaron a salir adelante, a pesar de que fueron dos de los sectores que mayores contracciones sufrieron durante el segundo trimestre.
Presupuesto que ayuda a la previsibilidad, pero no a la confianza
En este contexto, el proyecto de ley del presupuesto nacional para el año 2021 es una buena señal para la economía real y las empresas. Despejadas las condicionalidades del pago del capital y de los intereses de la deuda soberana, por la reestructuración de deuda, el presupuesto proyectado contempla un crecimiento del PBI del 5,5% y una inflación de 28%; las dudas surgen por estas horas con el tipo de cambio oficial en 101,6 pesos por dólar, en medio de restricciones cambiarias. También se mira de reojo entre los hombres de negocios la estimación oficial de un déficit fiscal de 4,5%.
"Ayuda que el gasto de capital, vital para la recuperación económica a través de la obra pública, este en torno al 2,2%" afirmó a Negocios&Política un empresario de la construcción muy importante de la provincia de Buenos Aires. "El crecimiento económico siempre es mejor cuando se intenta incentivar la demanda agregada" dijo el empresario. El Gobierno proyecta un crecimiento interanual del consumo privado de 5,5% y del público del 2% y una inversión del 18,1%, donde se estima que las ventas externas de bienes y servicios aumenten un 9,5% y las importaciones un 16,3%, con respecto al año 2020. Una hoja de ruta que la realidad dirá si fue una proyección realista o una fantasía.
