En medio de la crisis económica causada por el Coronavirus, los precios de la soja, el trigo y el maíz están aliviando las economías provinciales. Es que la combinación de un dólar mas débil, el aumento de la demanda de China y las malas cosechas esperadas para Argentina, Brasil y Estados Unidos (que entre los tres, reúnen al 80% de la producción mundial de soja) hicieron que el precio internacional de la oleaginosa volviera cerca de los USD 495 por tonelada en el mercado de referencia de Chicago, tras el fuerte descenso del pasado viernes. 

El dato no paso desapercibido: el complejo sojero explica casi un tercio de las exportaciones argentinas, que no sólo vende los porotos, sino principalmente aceite, harina, pellets y biodiésel. 

A pesar que no todas las provincias gozan de las mismas ventajas para plantar (en el "triángulo de oro" de la provincia de Buenos Aires, el cultivo de soja tiene rindes que superan 4.500 kilos por hectárea frente a los 2.000 del norte del país), a nadie escapa las ventajas de los precios: comparado con el primer semestre de 2020, el poroto se encareció 38%, la harina 37% y el aceite 35%. En paralelo, el precio del trigo subió 17% y el del maíz 27% en el mismo lapso. 

Pero el boom no es pasajero y en el mercado esperan que los precios sigan creciendo. En este contexto no solo festejan los productores y exportadores sino también los gobiernos provinciales y el Banco Central. Es que el flujo adicional de dólares calma el mercado cambiario y son pocos los que creen que producto del campo, las Reservas netas del Banco Central crecerían al menos 2.000 millones de dólares. 

Algunos incluso se ilusionan con lograr apreciar el tipo de cambio real, y de esa manera que la liquidación de divisas despeje expectativas devaluatorias. En el Palacio de Hacienda creen que los dólares de la soja se podrían usar para que el Tesoro pueda cancelar incluso pasivos, como los que tiene con el Club de París o disminuir las restricciones a la compra de dólares.  

En el Gobierno, en tanto, ya hacen planes con los 180.000 millones extras que entraran en la arcas publicas por el pago de retenciones. La cifra es grande, casi 0,4% del PBI, y es un extra de casi el 31% de los ingresos por retenciones del 2020. 

La "revolución de la soja", que en un año electoral le podría dar un descanso a la emisión récord de pesos, producto de los gastos extra que provocó la pandemia y hacer que las campañas políticas se financien mas con los dólares de la soja que con la "maquinita" de imprimir billetes.